LO BUENO DE LO MALO

«Todas estas borrascas que nos suceden, dijo Don Quijote,  son señales de que pronto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas….»

Cervantes

Me llegó la noticia de la llamada “Operación Púnica” cuando estaba escribiendo esta entrada sobre las “tarjetas negras”. Era más de lo mismo, pensé, pero aún peor. No me lo podía creer. Los abusos de los consejeros y directivos de Bankia, siendo ya muy graves, no eran nada en comparación con esta trama delictiva. Lo malo de lo malo que nos está pasando es que ya empezamos a temernos lo peor con cada día que comienza: qué será hoy, nos decimos. Empieza a no sorprendernos nada , es cierto, pero, menos mal, aún nos causa escándalo, nos provoca indignación, la mala noticia de cada día que nos muestra el caldo gordo y espeso en el que estamos, la fragilidad de nuestra democracia. Aún conservamos la capacidad de escandalizarnos, y eso es bueno, lo bueno de lo malo. No hemos llegado a asumir esa banalidad del mal que denunció Hannah Arendt y que puede corromper del todo el tejido social. Lo ha dicho muy bien Javier Gomá: “Una sociedad que se escandaliza tiene todavía vivo el ideal de la ejemplaridad”. Comprobamos también cada día que pasa que la ciudadanía de a pie no está anestesiada, se mueve, se agita, aunque está demostrando una paciencia ejemplar.

Soy testigo de esa paciencia cuando, al salir del gimnasio del Casino de la calle de Alcalá, me encuentro con las protestas de los engañados por las “preferentes” de Caja Madrid. El grupito, pequeño, está compuesto por gente mayor, jubilados me imagino, y las caras de algunos de ellos se me han hecho ya familiares. No levantan el puño ni amenazan a nadie. Se limitan a tocar sus silbatos y a mostrar unas pancartas en las que estos últimos días ha aparecido algo nuevo: ”Nosotros no tenemos tarjetas”. Me da vergüenza, me produce sonrojo al verlos allí semana tras semana expresando su malestar, sus quejas, su tristeza. Paciente, tranquilamente, casi ya como un ritual.

Cuidado, amigos, porque podemos estar jugando con fuego. Hay gente que lo está pasando mal, muy mal, las desigualdades según algunos expertos aumentan –así Piketty– las listas del paro siguen siendo pavorosas, ya no hay sitio en los comedores de Cáritas… ¡¡y encima esto!!. Es una desvergüenza. Estamos transitando de la cultura de la confianza, la que habíamos construido entre todos, ese necesario consenso cotidiano que necesitamos para movernos con cierta fluidez y ligereza por la vida, a la cultura de la sospecha. Hemos dado algunos pasos atrás,  no cabe duda.

Pero no podemos caer en la desesperanza; afortunadamente, en casi todo en esta vida hay un lado bueno de lo malo. El escarnio público es ya, en sí mismo, muy grave. Nos damos cuenta de que, más pronto o más tarde, todo se acaba sabiendo. El lado bueno de lo malo es ese que nos enseña que el escándalo que nos provoca todo lo que hoy leemos en los periódicos o escuchamos en los telediarios está también muy cerca de nosotros. No es sólo una cuestión de los políticos, de los empresarios, de los sindicatos… Todo esto es también un reflejo de lo que somos como ciudadanos. Estos trapos sucios que ahora contemplamos nos indignan, nos enfurecen, nos escandalizan. Ya nada, a partir de ahora, será igual. No dejaremos que lo sea.

Y entre lo bueno de lo malo, lo mejor, creo yo, es que son los jóvenes los que contemplan esa situación de forma más crítica, los que más la rechazan. Muchos de ellos no comprenden ni aceptan el consumismo excesivo y la ambición desmedida por acumular dinero que está en el origen de todos los males que estamos viviendo. Hay que confiar en ellos porque en nosotros ya no podemos confiar. Pero lo del dinero da miedo; no es de ahora, es de siempre. Os invito a oír cantar a Paco Ibáñez los versos que escribió el Arcipreste de Hita hace más de setecientos años. Y a ver que pensáis…

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“Você e muito ansioso”

Não me elegeram chefe de nada
O meu cartão de crédito
É uma navalha….

Brasil !!
Mostra a tua cara
Quero ver quem paga
Prá gente ficar assim

BRASIL

Cazuza

foto LULA HASTA LULA ES DE AÉCIO

Fue en una reunión de Mercosur. Chávez hablaba y hablaba del movimiento popular de liberación bolivariano, mientras Lula, con esa flema musical de los brasileños, le escuchaba sin decir palabra. Pero “¿qué piensas tu compañero?”, le increpó Chávez: “que você e muito ansioso”, le respondió Lula sin inmutarse. Esas pocas palabras definen el temperamento y la filosofía política del antiguo obrero metalúrgico. Sabe esperar y tiene un olfato político fuera de lo común. Los temores que suscitó su llegada al poder de la mano de un partido revolucionario como el PT, se desvanecieron pronto al conocer el pragmatismo del nuevo Presidente y su compromiso con las reglas de juego democráticas y económicas. Lula se convirtió en un mito, dentro y fuera de Brasil. Listo como el hambre, ha sabido salir milagrosamente indemne de algunos escándalos –el de la corrupción en el PT fue sonado- y ahí sigue.

 ¿Ahí sigue?. Sí, Lula está vivo, muy vivo. Su figura, su carisma y su poder continúan dominando el escenario político y se han hecho patentes en el proceso electoral que está teniendo lugar estos días en Brasil. No es candidato pero está en todas partes e incluso se le busca donde no quiere estar. Es un monstruo político. Las dos mujeres que iniciaron la carrera a la presidencia son un “producto” suyo y las dos han reclamado su apoyo. Nadie sabrá nunca a cual de ellas se lo habrá dado, pero lo cierto es que Marina, más cercana al Lula sindicalista y “revolucionario” de los primeros momentos, se ha quedado en la cuneta, y será Dilma quien dispute a Aecio Neves, el candidato socialdemócrata, la presidencia de Brasil en esta segunda vuelta a la que Lula tampoco faltará.

No, no creo que falte; estará probablemente preocupado  por el anunciado apoyo de una mayoría de los electores de Marina al candidato conservador. Es algo posible según las encuestas aunque nos pueda parecer increíble. Por aquello de que una imagen vale más que mil palabras os voy a pedir que dediquéis unos minutos a dos videos aparecidos en la campaña electoral. El primero, pinchad aquí, nos ofrece una imagen idílica de la sociedad conservadora en la que parece soñar Aecio Neves en su feudo de Minas Gerais. Me recuerda a la representación del cielo que vi hace ya muchos años en el gran templo de los Mormones en Salt Lake City. No tiene desperdicio, ya veréis. Conviene saber, para no ser injustos, que con esas escenas familiares Aecio trata de equilibrar su fama de playboy y de juerguista, pero eso no justifica esa visión tan ñoña y edulcorada de la sociedad ideal. Aún menos,  si la situamos al lado del Brasil de las favelas y de la pobreza que hace vibrar a Marina, pinchad aquí, y que nos pone los pelos de punta. Me imagino que el contraste entre esas dos visiones del país que a nosotros se nos hace casi insoportable tiene que desazonar a Lula, pero no sé yo que es lo que va a poder hacer. Sabe, probablemente mejor que nadie, que la intención de los electores de Marina no es tanto apoyar a Aecio como castigar al PT y probablemente a él mismo. Muy listo es, no cabe duda, pero no se puede estar al mismo tiempo con todas y con todos.

Digo “con todos” con mucha intención. Porque, por absurdo que pueda parecer, también estará Lula en la campaña de Aecio en esta segunda vuelta electoral. Criticas suyas a Dilma, hechas “sottovoce” pero publicadas en la conocida Revista IPAUÍ, han sido aprovechadas por los social demócratas para hacerse “también” con su apoyo. No creo haya existido un personaje político al que hayan tratado de tener de su lado hasta sus adversarios. Ahí tenéis encabezando esta entrada, el cartel que circula por los mentideros políticos: “Até Lula e Aecio” o sea “Hasta Lula es de Aecio”. No es creíble, no puede ser que Lula haya caído en esa trampa, pero es una muestra más de su enorme  influencia y de su gran popularidad.

Se las ha ganado a pulso. Ha logrado sacar de la pobreza a millones de ciudadanos que estaban excluidos del sistema y colocar a Brasil en un puesto destacado en la escena mundial. De ser el mito de una izquierda revolucionaria ha pasado a convertirse en el símbolo de los países latinoamericanos que creen en la democracia, en el libre mercado y en la necesidad de lograr un desarrollo estable y sostenido con respeto a las reglas del juego. Es realmente una seria referencia para el futuro de la democracia y el crecimiento económico en Iberoamérica. Tuve la ocasión de seguir su trayectoria desde los primeros momentos y no quería que su figura dejara de estar presente en estas páginas de mi blog.